sábado, 7 de noviembre de 2020

SILENCIO ADMINISTRATIVO


“Silencio administrativo. La pobreza en el laberinto burocrático” de Sara Mesa: un pequeño gran libro con una mezcla perfecta de realidad y humanidad.

Hai quien diría que ambos términos van unidos pero, por desgracia, cada vez es más habitual que la realidad tenga un alto grado de inhumanidad.

Sara Mesa relata esa realidad terrible de la burocracia administrativa que se enreda en un círculo vicioso contra las personas que el sistema desecha. Pero lo hace desde el cuidado y el cariño, a través de una de tantas situaciones terribles, personalizada con concreción, sin caer en la lágrima fácil ni la condescendencia.

La autora pone al lector en la situación ineludible de reflexionar sobre actitudes extendidas y normalizadas que rozan la aporofobia o directamente la alimentan.


“...el 2,6% de la población española está en riesgo de pobreza y exclusión. De ellos, el 5,1% (más de 2,3 millones de personas) padece pobreza severa...

...31.000 personas no tienen hogar, el mayor estado de vulnerabilidad y desprotección posible... Cáritas Española eleva el número a 40.000...

...aporofobia, odio a los pobres... para resolver cualquier problema el primer paso es designarlo.

...ya estuvo en los servicios sociales del ayuntamiento y le dijeron que no podían atenderla al no estar empadronada... no tiene derecho a la renta mínima si no acredita su extrema pobreza. Pero aquellos que, según la norma, deben acreditarla, tienen otra norma que los incapacita para hacerlo... la procedencia del padrón queda supeditada a un informa de los servicios sociales o de la policía local donde se acredite la situación de “sinhogarismo”. Así, se vuelve al mismo sitio de partida.

...A lo largo de su vida, Beatriz ha tenido que enfrentarse a muchos papeleos... Nada, nunca, le produjo mayor sensación de precariedad −de estar cometiendo errores− que la solicitud de renta mínima, pues nadie las ha ayudado en la tramitación ni ha resuelto sus dudas, a pesar de que las indicaciones al respecto eran confusas e incluso contradictorias.

...”silencio administrativo”, un silencio de tipo negativo: “Transcurrido el plazo para resolver sin haberse dictado resolución expresa, la solicitud podrá entenderse desestimada.”

...Sobre ayudas autonómicas o estatales la trabajadora social no dice nada, hasta que Carmen pregunta por la renta mínima... ¿No se suponía que los servicios sociales comunitarios colaboraban en la tramitación?... Tampoco cuando negaron asistencia a Carmen por no estar empadronada le informaron de que podía regular su situación incluso sin contar con domicilio. ...hay muchas cosas que le cuesta entender. Por ejemplo, que el ayuntamiento se quede sin fondos para la llamada ayuda “de emergencia”. O la tardanza en las citas incluso en casos de urgencia. La desinformación de algunos asistentes. El incumplimiento de funciones esenciales.

...Pero el laberinto burocrático no es un ente abstracto. Es una maquinaria compuesta por personas con nombres y apellidos reglada por normas y costumbres que imponen personas con nombres y apellidos. ...los expedientes con los que trabajan... tienen que ver también con personas que no siempre pueden defender sus derechos.

...Durante la espera, Carmen ha pedido crédit.os rápidos a empresas sin escrúpulos que ahora se los van a cobrar bien caros... Tener dinero le servirá principalmente para pagar las deudas que ha ido acumulando. Desde luego, no para vivir con dignidad.

La administración, aunque tarde, siente que ha cumplido, y se lava ahora las manos. ...De nada sirven las soluciones parciales cuando, en la mayoría de los casos, las personas sin hogar tienen otras carencias... El plan de inclusión sociolaboral que acompaña a la percepción de la renta no se concreta en nada.

...Además, dentro de pocos meses la renta concedida se extinguirá, pues su duración es solo de un año. Puede solicitar la renovación para seis meses más, aunque debe hacerlo en el plazo de tres meses antes de que se extinga.

Hasta esto es retorcido. A una persona que le acaban de conceder la renta lo último que se le ocurre es que ya debe solicitar la renovación, empezar a mover papeles de nuevo.

...la rueda del hámster, danto vueltas sobre sí misma para nada...”